Pese a no ser santa, ni llana, ni tener mar, lo que le ha valido el sobrenombre de “la villa de las tres mentiras”, la villa Monumental de Santillana del Mar es una parada indispensable para cualquier turista que visita Cantabria.

Paseando por las empedradas calles de origen medieval te darás cuenta del inmenso valor histórico y artístico de la localidad, cuyo origen se remonta al siglo VIII. Atravesando la villa te toparás con la Colegiata de Santa Juliana, la muestra más importante de arte románico de toda la región. Tampoco te pasarán desapercibidas las torres de Merino y Don Borja ni el Palacio de Velarde, por no hablar de los múltiples talleres de artesanía en los que te podrás hacer con un bonito recuerdo del lugar.